La Alta Guajira: un desierto hermosamente hostil

0
1307
Las Dunas de Taroa. Foto: María Claudia Peña

La Guajira es un destino único dentro del portafolio turístico de Colombia. Es trayecto obligado para exploradores modernos, y para quienes lo han visto todo y buscan maravillarse, una vez más, con la belleza natural de territorios intactos y poco habitados.

Ubicada en el noreste de Colombia, la península de La Guajira franquea con la de La Florida el mar Caribe. Tiene un área de países como El Salvador o Eslovenia, y una temperatura que oscila entre los 22ºC y los 34ºC (71.6ºF ­– 93.2ºF). Predomina el desierto, el bosque tropical seco, y una línea costera hecha de bahías, islotes, ensenadas, y parajes esculpidos por los vientos incesantes del océano.

La Alta Guajira – el área más al norte de la región – es uno de esos lugares en el mundo donde aún es factible perderse, desconectarse – literalmente – y disfrutar de la naturaleza en compañía de unos pocos.

Es como si se viajara en el tiempo al pasado, y el desierto se hubiera congelado en él. No existe lugar que no merezca una foto para demostrar que sí hay un lugar en la tierra con una belleza tan sutil como esa.

El territorio sorprende en cualquier época del año. En temporada seca, tonos ocres matizan la tierra, mientras que en la de lluvia, el verde transforma el desierto en campo fértil. Lluvia o no, ofrece, por lo general, amaneceres y atardeceres coloridos, y noches estrelladas, ideales para cazar estrellas fugaces y constelaciones.

Expertos navegantes

Accesible por lancha obligatoriamente en el invierno y por tierra en verano, La Alta Guajira invita a conocer lugares de difícil acceso. El viento del océano hace imperioso navegar de madrugada. El transporte público terrestre, cuando mucho, es precario y cuando menos, inexistente. Además, la mayoría de carreteras son improvisadas y caladas por el paso mismo de los vehículos sobre la arena.

El desierto es hermosamente hostil, y hace necesario organizar cualquier viaje con antelación y utilizar los servicios de agentes de turismo autorizados, expertos en timonear – por tierra o por mar – el terreno, así como la idiosincrasia de la nación wayuú, la población indígena más numerosa de Colombia con 380,460 personas, según el Censo de 2018.

Para Andrés Delgado, gerente de Kaishi Travel, hoy por hoy, la población ronda por los 900,000. Conocido como El Cachaco del Desierto, (carátula de The City Paper impreso), Andrés conoce a fondo el territorio y las dinámicas culturales entre los wayúu y los alijuna (hombre blanco en idioma wayuunaiki).

Andrés promociona el turismo sostenible, comunitario y de aventura desde hace 25 años. Su compromiso es beneficiar a la comunidad, aún cuando existan grades vacíos en la infraestructura turística.

“Al turista hay que hablarle claro, y ahí es donde entra el operador turístico: para que entienda a dónde llega y para ofrecerle lo mejor en gastronomía, transporte y hospedaje, así como los guías mejor preparados para que su experiencia sea memorable”, explica.

  El alma wayúu

La Guajira sería un territorio baldío de no ser por sus pobladores originales. Es el sitio sagrado de los wayúu, donde el linaje y la tierra son tan importantes para ellos, como lo son su cosmogonía o sus costumbres. Es, además, el lugar donde educan a sus hijos en sus tradiciones para asegurar la supervivencia de su cultura frente a los desafíos de la modernidad.

Bahia Portete. Foto: María Claudia Peña

Descendientes de los aguerridos caribes, los wayúu son prueba viviente de su cultura ancestral. Viajar por La Alta Guajira implica compartir sus ritos y conocer la importancia de sus tradiciones. Es entender el significado de sus mochilas, tejidas en croché, en uno y dos hilos de algodón, y comprender que cada una de ellas narra una historia y que cada patrón le da forma a su identidad colectiva.

Además, viajar por el territorio supone convivir bajo las leyes wayúu. Figura entrar en sus casas o Rancherías, adecuadas como hoteles para ofrecer agua, así sea incipiente, electricidad por algunas horas en la noche e internet satelital. Es, también, disfrutar platos donde el chivo, la pesca del día, los mariscos, la ahuyama, el frijol, la yuca y el maíz constituyen el centro de su gastronomía.

Solo pernoctando en lugares como Hospedaje Luz Mila, es posible recorrer el territorio, y conocer sitios como el lugar más septentrional de Sur América, en Punta Gallinas. El punto exacto se conoce como El Faro (latitud 12° 30′ 46″) por la luminaria que le da su nombre. Las olas se recogen en la playa rocosa, la cual es ideal para contemplar atardeceres sin fin hasta el ocaso.

Telón de fondo como ningún otro.

Playas baldías como las Dunas de Taroa, ofrecen desde su cima, una vista al mar abierto, sol sin sombra y corrientes fuertes que rompen sus olas en la playa. Es imprescindible llevar consigo agua, camisa de manga larga, protector solar, cachucha y toalla, así como zapatos cómodos para recorrer las llamadas montañas caminantes, cuya altura alcanza unos 40 metros y cuenta con alrededor de siete kilómetros de extensión.

Es posible alquilar una tabla para surfear arena abajo o disfrutar del mar en las partes más tranquilas de la ensenada. A poca distancia, se puede comprar cerveza y agua, conexión a internet y servicio de baño o alquilar chinchorro ­– como llaman los locales a la hamaca.

Otra parada obligada en Punta Gallinas, es el Mirador Casares, desde donde se aprecia en su totalidad Bahía Hondita. El contraste entre la arena dorada de los acantilados y los visos turquesa del mar, promete imágenes increíbles para ese selfi obligado con la bahía como telón de fondo.

Punta Gallinas. Foto: María Claudia Peña

Punta Aguja es otro sitio para descubrir, su canal ofrece aguas tranquilas para nadar y una vista de los acantilados y de la bahía. El lugar invita a hacer un pícnic mientras se espera el atardecer, no sin antes visitar los manglares, y sembrar plántulas como parte del proceso de reforestación del área a cargo de Asomanglares.

Turismo en El Cabo

A dos horas por mar de Punta Gallinas, hacia el sur, se encuentra el Cabo de la Vela, un lugar predilecto para kitesurfing. Con una infraestructura hotelera más desarrollada, sus dos avenidas de arena, recogen cerca de 200 establecimientos, entre ellos, restaurantes, tiendas y más de un centenar de hospedajes. Hacia el norte del cabo, vía al Faro, en una zona tranquila está Hotel Utta, cuyos propietarios ofrecen visitas guiadas a la Ranchería Cultural Ipotshuru, ubicada unos kilómetros hacia el interior de la costa.

El Faro, Cabo de la Vela. Foto: María Claudia Peña.

La visita guiada a Ipotshuru es instructiva. Se aprende a plantar cactus como parte del programa de reforestación Yo Soy Colombia Turismo Sostenible, auspiciado por entidades como la Corporación Alemana y el gobierno nacional. Además, la actividad incluye el recorrido por cinco estaciones que ilustran la complejidad de la cultura wayuú. Para Yolanda Ipotshiru, el objetivo de visitas como la que ella y su familia ofrecen es proteger su identidad cultural.

“Estas actividades no solo se hacen en esta ranchería sino en muchas otras, y de esta manera fortalecemos nuestra cultura”, dice sobre la importancia del intercambio cultural a través del estudio y el turismo con miras a profesionalizar la comunidad.

Estos objetivos adquieren aún más relevancia debido a que, según ella, 40% de los jóvenes abandonan la cultura debido al consumismo, y a la influencia de los wayuus venezolanos, con quienes comparten el territorio en ambos países.

Refiriéndose a los jóvenes, Yolanda dice, “queremos que se vayan, que aprendan y que vuelvan, pero cuando esto no sucede, nos invade la tristeza, y nos decimos qué hicimos mal para que no quieran la cultura”.

En Tierra sagrada

Uno de los lugares más sagrados para los wayúu es Jepira, o Pilón de Azúcar, un monte de unos 71 metros de altura y desde el cual se observa un panorama 360 grados de la región.  En su falda, está Playa Dorada, donde se puede nadar cerca de la orilla. Entre la playa y el Pilón, se encuentra una veintena de enramadas donde se puede escampar del sol, y comprar mochilas o refrescos a los locales.

En un español entrecortado, uno de los vendedores de las enramadas, Jacinto, de 54 años, asegura que todo tiempo pasado fue mejor. Trabaja allí desde hace treinta años, y sostiene que, si bien hay más turistas, también hay más competencia.

Para él, las ventas han decrecido debido a la oferta de municipios como Uribia, la capital cultural de los wayúu, o Riohacha, la capital del departamento. Al preguntarle si tiene alguna petición qué hacerle al gobierno, responde con el estoicismo propio del incrédulo. “Nada”, dice en tanto el viento susurra su propio descontento.

Recorrido para todos los presupuestos

El Cabo de la Vela también ofrece lugares para disfrutar días de playa como Ojo de Aguja desde donde se puede recorrer Isla Tortuga. También vale la pena visitar El Faro, desde donde se aprecia un panorama sorprendente. Otra parada obligada es Playa Arcoíris, donde las olas se rompen con fuerza sobre la escollera natural. El mar en la Guajira es fuerte, y su belleza puede ser engañosa, por eso es importante seguir las indicaciones y advertencias sobre los lugares aptos para nadar, o incluso para transitar.

Los costos de viajar por La Alta Guajira varían según el hospedaje, la distancia y el tipo de transporte. Por lo general, los hospedajes incluyen la alimentación y el traslado a los lugares más emblemáticos. El valor de una travesía de unos cinco días, desde Riohacha oscila entre US$750 y US$900, sin incluir tiquete aéreo.

Explorar La Alta Guajira es una experiencia reveladora, dónde el lujo adquiere un nuevo significado, y la travesía es tan importante y asombrosa como el destino mismo.

Este reportaje fue escrito con plena independencia y libertad editorial y es el resultado de una invitación de Kaishi Travel y Fontur

Para más información consulte los siguientes links:

Agencia de Viajes Kaishi Travel:

https://kaishitravel.co/

Asociación de Agencias de Viajes y Turismo de la Guajira, Asovguajira:

http://www.asovguajira.com

Hotel Casa del Mar, Riohacha

https://guajiracasadelmar.com/

Hospedaje Luz Mila https://www.facebook.com/p/Hospedaje-y-Restaurante-Luzmila-Punta-Gallinas-Alta-Guajira-Colombia-100063453459587/?locale=es_

Ranchería Utta https://rancheriautta.com/

Hotel Waya https://www.hotelwayaguajira.com/es/ 

Ranchería Cultural Ipotshiru:  https://www.instagram.com/rancheriaculturalipotshiru/

Hotel Arimaca riohacha: https://www.instagram.com/arimacahotel/p/CyYh71vuR0A/

Guajira Tours: https://puntagallinastour.com/

Expediciones Walekett https://www.comollegaralaguajira.com/